miércoles, 4 de junio de 2008


© domarbel. 2008 

Hubiera querido desabrochar mi piel
quitar las hebras que sobraban del traje anterior
y poco a poco
descoser mis hombros
mi pecho
mis brazos
mis caderas
mis piernas
hacer los patrones
y moldear tu interior con ellos

Hubiera querido
acurrucarme en tu seno
encoger las piernas en tu bolsillo
agujerear aquella margarita errante
sin embargo
la libélula aún continua libando desde el ocaso de la luna
y la brisa sigue siendo esquiva

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora, justo ahora, es el momento de remodelar el traje que aprisiona la libertad escondida. No lo pienses, no lo medites, no huyas, no te escondas, no mires sin mirar, no cierres tus manos, no te pares para buscar a quien seguir ni a quien te siga, no luches, no corras quiriendo alcalzar... Sólo vive y permite que la "brisa esquiva" pasee por cada palmo de ti.

Eternolugar.