martes, 20 de mayo de 2008

@ domarbel. 2008


Cuentecillo en clave
 
La mirada que me pierdes
quiere mi mano escondida en tu bolsillo

La columna
 recorre el aire que he de tragar y
La tormenta arranca un pequeño atisbo iluminado

Un duende 
agazapado entre los botones de mi blusa
me pide
que no beba del lado equivocado








@ domarbel. 2008

"Sé que el cielo o el infierno están determinados por la forma como vivimos la vida en el presente. La única finalidad de la vida es crecer. La lección última es aprender a amar y a ser amados incondicionalmente...
Todas las personas procedemos de la misma fuente y regresamos a esa misma fuente. Todas las penurias que se sufren en la vida, todas las cosas que podríamos considerar castigo de Dios, son en realidad regalos.
Son la oportunidad de crecer, que es la única finalidad de la vida. No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismos.
Si estamos dispuestos para las experiencias espirituales y no tenemos miedo, las tendremos sin necesidad de un maestro que nos diga como hacerlo.
Cuando nacimos de la fuente a la que yo llamo Dios, fuimos dotados de una faceta de divinidad, es es lo que nos da el conocimiento de nuestra inmortalidad. Debemos vivir hasta morir. Todos somos amados por un amor que trasciende la comprensión. Todos somos bendecidos y guiados. Es importante que hagas solamente aquello que nos gusta hacer. Podemos ser pobres, podemos pasar hambre, podemos vivir en una casa destartalada, pero vamos a vivir plenamente. Y al final de nuestros días vamos a bendecir nuestra vida porque hemos hecho lo que vinimos a hacer. La lección más difícil es el amor incondicional. Morir no es algo que haya que temer, puede ser la experiencia más maravillosa de nuestra vida. Todo depende de como hemos vivido. La muerte es sólo una transición de esta vida a otra existencia en la cual no hay dolor, ni angustias. Todo es sorportable cuando hay amor. Lo único que vive eternamente es el amor"

De mi maestra Elisabeth Kübler-Ross, allí donde se encuentre



2 comentarios:

mgab. dijo...

sí, te creo, las tormentas siempre arrancan pequeños atisbos iluminados. por eso nos gusta tanto permanecer bajo la lluvia, entre los rayos lejanos, confundidos con el aire un poco sulfuroso... al final los vemos, y también nos iluminan.

Anónimo dijo...

Que difícil es a veces sentir las situaciones de la vida como aprendizajes, como regalos del universo..., pero que GRATO es saber que siempre podemos seguir aprendiendo y avanzar... Simplemente VIVIR ya es algo hermoso, aunque se nos olvide muchas veces y deseemos que nuestros pies se deslicen por delante del cuerpo, salir corriendo en lugar de detenernos para contemplar un instante.. ese intante, esa voz, esa mirada.. que con un simple parpadeo nos penetra hasta dejar su huella marcada...

Eternolugar en un momento de niebla en el caminar...