© domarbel. 2008
"Sentado delante del fuego, él bebe aguardiente, pero, antes de probarlo, remoja un dedo en su cuenco y lo agita por encima de las brasas que se ponen a silbar despidiendo un humo azulado.
En ese instante, me doy cuenta, de que existo realmente.
"La montaña del alma. Gao Xingjian"