
© domarbel. 2008
Hubiera querido desabrochar mi piel
quitar las hebras que sobraban del traje anterior
y poco a poco
descoser mis hombros
mi pecho
mis brazos
mis caderas
mis piernas
hacer los patrones
y moldear tu interior con ellos
Hubiera querido
acurrucarme en tu seno
encoger las piernas en tu bolsillo
agujerear aquella margarita errante
sin embargo
la libélula aún continua libando desde el ocaso de la luna
y la brisa sigue siendo esquiva